En el contexto del programa de empleo, una de las acciones más innovadoras es la propuesta de creación de cooperativas de trabajo asociado por empleadas de hogar.
La acción surge de la propia necesidad de las mujeres de dar una cobertura legal al trabajo que realizan, algunas desde siempre dado que en los barrios vallecanos, son muchas las mujeres que dedican parte de su jornada a “echar horas” en casas particulares, cuidando personas mayores, limpiando, planchando, cocinando, cuidando niños y niñas o todo junto. Es un empleo tradicional que han realizado las mujeres desde los primeros asentamientos en Vallecas de migrantes de Andalucía, Extremadura ó Castilla la Mancha. La realidad de nuevas mujeres migrantes asentadas en nuestros barrios acentúa esta realidad, en esta ocasión vienen de Latino-America ó la Europa del Este.
Mujeres que complementan ingresos, mujeres que viven internas en domicilios particulares durante un tiempo, mujeres que han hecho del servicio doméstico su oficio. Diversas realidades, desprotegidas por nuestra sociedad como si de empleos secundarios se tratase.
El empleo de los cuidados, no por sumergido es minoritario en nuestra sociedad. Cada día son más las familias que utilizan un servicio de cuidado ya sea de forma permanente, ya sea de forma esporádica: hoy me toca a mí cuidar, mañana le toca a otra que me cuide….
El empleo de los cuidados, no por sumergido es menos importante en nuestras vidas. Se pone en manos de las cuidadoras lo más preciado de las casas: los hijos e hijas, los abuelos, las personas enfermas y más indefensas. Se abre las casas a las cuidadoras confiando en ellas los secretos y tesoros de los hogares.
De hecho es muy difícil imaginarse la sociedad moderna sin los servicios de cuidados ya sea de empresas o de particulares.
En términos empresariales, entonces: existe la oferta y la demanda. Como bien están descubriendo las empresas intermediarias.
¿Por qué el AUTOEMPLEO COOPERATIVO? La pregunta que nos hacemos las que nos dedicamos a esto es ¿PORQUÉ NO SE HAN COSTITUIDO YA MULTITUD DE MICROEMPRESAS COOPERATIVAS?
Vamos por partes; si hablamos de autoempleo, lo primero que nos preguntamos es si las personas que lo promueven tienen actitudes y capacidades ligadas al emprendimiento.
Una mujer emprendedora se la conoce por su motivación de logro, capacidad de generar redes de apoyo a la vez que tener confianza en una misma así como por su capacidad de Planificación y Organización.
Una mujer empresaria ha de correr riesgos de forma calculada, debe tomar decisiones y ser responsable y consecuente con sus acciones.
Las mujeres destinatarias de esta acción, cumplen con creces estas características, la mayoría han decidido migrar desde su país de origen dejando una posición familiar y social de cierta influencia buscando nuevas oportunidades, se han adaptado a su nueva realidad vital, han superado dificultades económicas y de integración socio-cultural, demostrando inteligencia práctica, tenacidad, afán de superación. Una empleada de hogar sabe sobradamente organizarse ya que forma parte de su práctica laboral diaria y en buena medida, de ello depende el mantenimiento de su puesto de trabajo.
Actitudes, entonces, no faltan.
El mercado también está controlado, al menos el marco básico de subsistencia: Al ser mujeres en activo conocen y controlan su mercado de trabajo: la clientela son los propios hogares empleadores.
El servicio ó producto es su propio trabajo cotidiano, no son necesarios nuevos proveedores y la competencia está analizada.
El servicio prestado a hogares particulares suele contener un compendio de tareas relacionadas con el cuidado de personas, el mantenimiento del hogar y la realización de gestiones básicas. Tareas que componen la ayuda a domicilio en la actualidad. Oficio que sí tiene un reconocimiento profesional.
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